Hábitos alimenticios y pérdida de audición
Ya sabéis que en Vistalia La Roqueta cuidamos vuestra salud visual y auditiva, hoy queremos compartir con vosotras una información interesante sobre la audición.
Todos sabemos que una buena alimentación es fundamental para nuestra salud, pero… ¿habíais pensado que también puede influir en la pérdida auditiva? Sí, así es. Una mala alimentación aumenta las posibilidad de perder audición.
La hipoacusia es una de las principales causas de discapacidad permanente y, según la OMS, su incidencia está aumentando significativamente. A lo largo de los años se han realizado numerosos estudios para determinar las causas de la pérdida de audición y, recientemente, han hallado una relación entre nutrición pérdida auditiva.
En este estudio detallan que varias afecciones relacionadas con el síndrome metabólico están condicionadas por estos factores nutricionales y, según detallan, la audición podría estarlo también. Los hábitos alimenticios condicionan la vulnerabilidad del oído interno a los cambios que en él pueden producirse por la edad. En este sentido, es un gran hallazgo y destacan la importancia de identificar los elementos nutricionales que pueden contribuir a «proteger» el sistema auditivo y aquellos que puedan considerarse de riesgo para el mismo.
Detallan que los radicales libres, que también se forman en el oído interno, son un elemento clave para desencadenar una pérdida auditiva, ya que generan una vasoconstricción que conduce a la destrucción de las células ciliadas internas. Los antioxidantes como las vitaminas, que inhiben la formación de radicales libres, podrían tener un papel importante en la prevención y el tratamiento de la pérdida auditiva.
La falta de Vitamina D también podría afectar a la microcirculación en la cóclea y la mineralización de la cadena osicular. Las vitaminas A, B, C y E también tienen un papel importante ya que junto al Magnesio puede contribuir al mantenimiento de los umbrales auditivos.
Por el lado contrario, el exceso de ingesta de grasas, carbohidratos y el elevado colesterol también tiene un efecto negativo ya que aumenta el riesgo cardiovascular alterando el flujo sanguíneo en la cóclea.
Sin duda… un motivo más para cuidar nuestra alimentación y llevar un estilo de vida saludable.
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