
¿Es posible que tu hijo/a tenga miopía?
La miopía es un defecto visual frecuente que dificulta la visión nítida de objetos lejanos. Suele manifestarse durante la niñez y puede progresar hasta que el crecimiento del menor se estabiliza.
Causas de la miopía
Existen dos factores principales que aumentan la probabilidad de que un niño desarrolle miopía:
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Genética: El riesgo de miopía en un niño se incrementa si uno o ambos progenitores son miopes. Las estadísticas indican que:
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Si ambos padres son miopes, la probabilidad es mayor.
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Si solo uno de los padres es miope, el riesgo es intermedio.
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Si ninguno de los padres es miope, la probabilidad es menor.
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Estilo de vida: Las actividades cotidianas también influyen en el desarrollo de la miopía. Factores como:
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Pasar largos periodos realizando tareas de cerca, como leer o jugar con dispositivos electrónicos portátiles.
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Escasa participación en actividades al aire libre.
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Exposición limitada a una iluminación adecuada.
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Señales de alerta
Es importante estar atento a ciertos indicios que podrían sugerir la presencia de miopía en su hijo/a:
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Dificultad para ver con claridad objetos lejanos.
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Acercarse demasiado a la televisión o a los libros.
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Problemas para mantener la concentración.
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Quejas frecuentes de dolores de cabeza.
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Fatiga ocular o sensación de ojos cansados.
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Entrecerrar los ojos para enfocar mejor.
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Rendimiento académico inferior al habitual.
Si observa alguno de estos síntomas, es recomendable consultar a un especialista en salud visual para una evaluación adecuada.